Cuando nuestros padres eran pequeños, en las casas todo giraba en torno a la familia y a lo que decían los adultos. Se comía lo que se pusiera en la mesa y pobre el que rechistase.
Se fiaba de la palabra del profesor y era respetado. Si se castigaba a un hijo, es porque se lo merecía al igual que si se le suspendía.
Las vacaciones eran decididas por los padres y los hijos los acompañaban y punto.
Así nos cuentan que vivían nuestros padres, al margen de que lo creamos o no.
En el otro extremo están las familias que hoy en día giran en torno a los hijos.
Se come lo que al niño lo que al niño le gusta y si no es así se lo come uno de los padres y para el niño se hace otra cosa, por defecto una tortilla.
A los profesores se les ha perdido el respeto, si castiga o suspende va el padre para cantarle las cuarenta por hacerle eso a su niño y se les llega a amenazar.
En vacaciones hay que esperar a ver si el niño quiere ir de campamento o a donde quiere ir.
Por último está el punto medio donde se trata de hallar un equilibrio entre padres e hijos.
Se trata de enseñar a comer de todo y luego se establece, tanto de verduras, tanto de carne, tanto de pescado... Esas raciones se mantendrán pero con la comida que al hijo le guste o que no le disguste.
Si se suspende o se es castigado, se hace ver que hay que sacar los cursos y da igual que el profesor no sepa explicar, siempre está internet para conseguir más información.
En vacaciones se manda a los hijos de campamento para que aprendan a comer, teniendo en cuenta que es difícil encontrar uno donde la comida sea buena.
Luego se decide donde ir tratando que concuerden los gustos.
Las familias han cambiado mucho, pero... ¿para bien o para mal?
Supongo que ni para bien ni para mal, según el punto de vista de quien lo mira.
ResponderEliminarActualmente los padres son más cariñosos, los antiguos son más secos a veces se olvidaban que un abrazo a tiempo es mejor que una bofetada a destiempo.
Aunque se olvidan enseñar el respeto, por ello, los profesores son maltratados, en todo el sentido de la palabra y a los propios padres se les maltrata porque no saben poner a tiempo la sintonia del respeto. Los padres e hijos, los profesores y/o alumnos no son amigos y como tales tienen que existir cariño y respeto.
En el término medio está la virtud, pero que difícil es conseguirlo.
La virtud es el punto medio entre dos vicios opuestos: el vicio del exceso y el vicio del defecto.
ResponderEliminarEs de Aristóteles, no es mío, pero viene a mano del comentario anterior.
Pues el cambio no hay que valorarlo para bien o para mal en toda su extensión... Habrá cosas en que para bien y, otras, para mal.
ResponderEliminarYo me alegro mucho, a diario, de la educación que me dieron mis padres y de los valores que me inculcaron... Lo que nunca consiguieron es que me alimentara equilibradamente, por eso, hoy en día tengo un poco alto el colesterol. Pero, colesterol a parte, me enorgullezco de lo que mis "anticuados padres" supieron "meterme" en mi cabeza.
Un abrazo, Resurgimiento, y ho ho ho. ¡Feliz Navidad!.
Supongo, esto fue una reflexion que hice para primero de carrera
ResponderEliminarHoy he visto esto y quiero mandarlo para ver que tu reflexion Resurgimiento es generacional:
ResponderEliminarEl Médico de Familia inglés, Ronald Gibson, comenzó una conferencia
> sobre conflicto generacional, citando cuatro frases:
>
> 1) "Nuestra juventud gusta del lujo y es mal educada, no hace caso a
> las autoridades y no tiene el menor respeto por los de mayor edad.
> Nuestros hijos hoy son unos verdaderos tiranos. Ellos no se ponen de
> pie cuando una persona anciana entra. Responden a sus padres y son
> simplemente malos."
>
> 2) "Ya no tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro país, si la
> juventud de hoy toma mañana el poder, porque esa juventud es
> insoportable, desenfrenada, simplemente horrible."
>
> 3) "Nuestro mundo llegó a su punto crítico. Los hijos ya no escuchan a
> sus padres. El fin del mundo no puede estar muy lejos."
>
> 4) "Esta juventud esta malograda hasta el fondo del corazón. Los
> jóvenes son malhechores y ociosos. Ellos jamás serán como la juventud
> de antes. La juventud de hoy no será capaz de mantener nuestra
> cultura."
>
> Después de enunciar las cuatro citas, el Doctor Gibson, observaba como
> gran parte de la concurrencia aprobaba cada una de las frases. Aguardó
> unos instantes a que se acallaran los murmullos de la gente comentando
> lo expresado y entonces reveló el origen de las frases, diciendo:
>
> La primera frase es de Sócrates (470 - 399 A .C.);
>
> La segunda es de Hesíodo ( 720 A .C.);
>
> La tercera es de un sacerdote ( 2.000 A .C.);
>
> La cuarta estaba escrita en un vaso de arcilla descubierto en las
> ruinas de Babilonia (actual Bagdad) y con más de 4.000 años de
> existencia;
>
> Y ante la perplejidad de los asistentes, concluyó diciéndoles:
>
> Señoras Madres y Señores Padres de familia: RELÁJENSE, QUE LA COSA SIEMPRE HA SIDO ASÍ...
O.O
ResponderEliminarMe gusta la reflexión sobre los padres, lo mejor siempre es el término medio aunque no siempre es fácil. Muy bueno el comentario de adolfopapiroflesi.Es verdad que siempre las nuevas generaciones tienen que romper, sino no avanzaríamos.
ResponderEliminaryo recuerdo con nostalgia mis tiempos en los campamentos de verano, la verdad que la comida era vomitiva...lo que espera con entusiasmo era el dia de los padres ya que nos traian muchas cajas de galletas y chocolatinas para recuperar los kilos perdidos
ResponderEliminarNo se me encantaria haber ido a un campamento cuando era pequeña pero en casa no habia dinero para todos y solo podia ir mi hermano mayor, solo recuerdo cuando ibamos a visitarle y le llevabamos galletas y chocolatinas....
ResponderEliminarQue razon tienes Volker, como ha cambiado el cuento.
ResponderEliminarMI hermana nunca fue a un campamento pero yo al ser hombre y el pequeño, entre todos y sobre todo mi hermana me pagaban mis campamentos, mi hermana siempre me llevaba galletas y chocolatinas el dia de visita
Cada cual tiene su historia, su forma de conseguir comida, pero un factor no cambia... el sabor.
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